El regreso

El regreso
Localización: Ribadesella (Descenso Internacional del Sella)
Fecha: 30 de octubre de 2017
Medidas: 46 x 46 cm
Soporte: Papel
Técnicas utilizadas: Tinta, acuarela y acrílico

Yo le explico: El regreso, ¿de dónde?, pues desde Arriondas a Ribadesella (Asturias). El primer sábado de Agosto se celebra la prueba deportiva del Descenso Internacional del Sella, pero aparte del sentido deportivo, para nosotros, los Asturianos, prevalece el ambiente festivo. Una fiesta muy peculiar, muy de eso de que "haz lo que quieras pero sin molestar a nadie, al menos intencionadamente". Por eso le llamamos la "Fiesta de les Piragües", la fiesta donde la asturianía está más a flor de piel.
Bueno, podría escribir un libro gordo sobre esta fiesta, pero no es mi intención, así que resumo: Desde la localidad de Arriondas parte la prueba deportiva, allí, mucho antes, nos juntamos los veteranos, es decir, los que hemos estado de juerga toda la noche anterior y los novatillos, los que acaban de llegar y van romper con todo en la noche del sábado. Hay desfiles, unos serios y otros llenos de tanto humor que los amantes de Halloween se echarían a temblar; después está la salida de los piragüistas con el himno asturiano incluido sin que falten las lagrimitas a pesar del alcohol, y después hay dos recorridos, los piragüistas por el río y los "piragüeros" por la carretera (18 kilómetros) rumbo a la meta, Ribadesella. Muchos utilizan medios de transporte un poco fuera de lo normal y este es el caso de estos dos riosellanos, Matías y su amigo. Los dos se pasaron días fabricando esa bicicleta para hacer el recorrido Arriondas - Ribadesella como si fuese una promesa como para otros el Camino de Santiago, por supuesto asturianía en la bandera y en los chalecos que es un clásico de la fiesta, acompañado todo ello con cierto heroísmo, porque hacer en pleno Agosto dieciocho kilómetros en bicicleta con boina y más aún, calzados con madreñas, ya es digno de tener en cuenta, aunque, eso sí, tomaron sus precauciones, en la parte de atrás llevaban una jaula con un gatito, decían que era por si pinchaban, jajaja.
Pues un fotógrafo sacó el momento, Ricardo Cerezo, calculo que en los años 90. Y siempre me gustó esa foto y siempre me apeteció dibujarlo, pero necesitaba un fondo de Ribadesella para darle más sentido; como yo no estoy allí, mi amiga Isabel Cogimar me envió unas cuantas fotografías, escogí una y este es el resultado.

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